El Viernes Santo centra su liturgia en la celebración de la Pasión y Muerte del Señor. Es día de austeridad. Seguimos tratando de cerca la Eucaristía y nos vamos centrando en la Cruz, instrumento de suplicio en la Pasión de Cristo y por ello símbolo del cristiano. Es día de seguir de cerca los pasos del Señor hacia el Calvario con la cruz a cuestas. Es día de acompañarlo en su soledad. Día de enamorarnos aún más del sacrificio, de la mortificación, de nuestras pequeñas cruces...
A través del siguiente enlace podemos participar en la celebración de la Pasión del Señor:
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