lunes, 9 de julio de 2018

La Reina de los Ángeles buscaba su sitio en la muy noble y leal Ciudad Real. Y lo encontró donde siempre habita Dios: en lo sencillo.

Corría el año 1966 cuando un nuevo barrio de la capital La Mancha se construía y, como es lógico, necesitaba un nombre. Casi por casualidad un grupo de señores que habitaba aquí acordó llamarlo "Barriada de Nuestra Señora de los Ángeles".

Inmediatamente después se empezaron a celebrar, cada dos de agosto, unas fiestas en honor a la patrona de la barriada teniendo como referencia una pequeña fotografía de una imagen mariana con advocación de los ángeles que fue adquirida por un vecino en Madrid. Esta imagen era el centro de la celebración y año tras año ocupaba los programas de fiestas.

Cuando D. Teodoro Vargas Sevillano fue el encargado de organizar las fiestas todo cambio para el devenir de los vecinos. El encargado de repartir los panfletos de las fiestas preguntó al organizador sobre la existencia de una talla en el barrio. La respuesta fue negativa, pero esta cuestión prendió en D. Teodoro la chispa de la inquietud, y se puso en marcha para que su barrio fuera presidido por una imagen devocional. 

En primer lugar, consiguió que un artista realizara una pintura de gran tamaño tomando como referencia la pequeña fotografía original. Organizaron un altar con ornamentos prestados por la Iglesia del Barrio del Pilar y ese año las fiestas fueron mucho más celebradas: La Virgen estaba con ellos.

En torno a esa imagen, los vecinos daban sus limosnas y entonces entendieron que se debía traer una talla completa. Con las limosnas D. Teodoro compró un juego de agua para rifarlo y empezar así a generar dinero con el que poder adquirir la imagen. El primer sorteo tocó a un feriante que lo regaló para que se volviera a rifar. Los vecinos empezaron a donar lo que podían (una botella de vino, dos balones, unas cestas de fruta, una garrafa de vermut...) para que se pudieran sortear y obtener así más beneficios. Las reinas de las fiestas recogieron donativos en el baile e incluso se recibió un donativo considerable por parte de una vecina: 2.000 pesetas. La Virgen estaba más cerca del barrio.

D. Teodoro y otros vecinos buscaron por la provincia como poder adquirir una imagen pero los elevados costes complicaron la operación. Hasta que en uno de los viajes que D. Teodoro realizaba a Madrid por motivo de trabajo consiguió dos cosas: Descubrir y conocer el lugar en el que se veneraba la imagen de la fotografía que inició la devoción en Ciudad Real y encontrar al que sería el escultor de la imagen que vendría a Ciudad Real.

La Casa de Julián Cristobal por el precio de 24.000 pesetas se comprometió ha llevarla a cabo y ante al imposibilidad de pagarla de una sola vez consintió en fraccionamiento en tres: 8.000 pesetas a la hora de firmar el contrato, 8.000 pesetas durante la realización y 8.000 pesetas a pagar un mes después de la entrega. El primer pago se sufragó con lo recogido durante las fiestas pero los demás y el primer ajuar de vestimentas y joyas de la Virgen se consiguió pagar por medio de los numerosos donativos que los vecinos fueron entregando al ver que la patrona estaba camino de la barriada.

Solo faltaba por solucionar una cuestión: encontrar el lugar que albergaría la imagen. Fue al presidente de la barriada al que se le ocurrió ocupar un antiguo transformador de luz y, tras pedir permiso al propietario, el constructor de la barriada, este le cedió. Los vecinos lo acondicionaron y el día 10 de octubre de 1971 la Virgen de los Ángeles fue recibida en su barrio con flores, pólvora y multitud de gente.



Tras las fiestas del año 1978 la Virgen no regresó a su capilla ya que este espacio se iba a demoler. Fue acogida, en primer lugar, en una casa cercana a la antigua capilla, donde los fieles podían verla desde la calle. Posteriormente se trasladó a la iglesia del Colegio Ntra. Sra. del Prado (Marianistas) a la espera de la próxima inauguración de la parroquia del barrio.  En el año 1979 la Iglesia se inauguró y tomó el mismo nombre que el de la patrona. La Virgen de los Ángeles tenía una nueva casa y allí la trasladaron sus devotos y se puede venerar durante todo el año. 

Panorámica de las primeras fiestas en honor de la Virgen
con la capilla original a la derecha




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